La Ley del Sector Eléctrico 2025 y su Reglamento no solo redefinen la estructura del mercado eléctrico, sino que también replantean el papel del sector industrial dentro del ecosistema energético nacional.
Por primera vez, los conceptos de eficiencia energética y justicia energética se vinculan directamente con la productividad, la equidad territorial y la sostenibilidad operativa de las empresas.
En otras palabras, la industria deja de ser solo consumidora de energía para convertirse en un agente activo del desarrollo energético justo y eficiente.
EFICIENCIA ENERGÉTICA COMO NUEVO INDICADOR DE COMPETITIVIDAD
Conforme al Artículo 34, fracción II, del Reglamento de la Ley del Sector Eléctrico, la Secretaría de Energía (SENER) debe fomentar la descarbonización y la eficiencia energética para el uso racional y sostenible de la energía eléctrica por parte de las usuarias finales. Esto abre un nuevo frente competitivo para el sector industrial:
- Las empresas que implementen sistemas de gestión energética (ISO 50001) podrán alinear sus resultados con los principios de justicia energética y acceso equitativo establecidos por la SENER.
- Las inversiones en equipos eficientes —como motores de alta eficiencia, iluminación LED, variadores de velocidad o sistemas de baterías— ayudan a reducir el consumo eléctrico y se consideran parte de los programas oficiales de eficiencia.
En este nuevo entorno, la eficiencia energética deja de ser un indicador meramente técnico: ahora es un diferenciador regulatorio y reputacional, directamente vinculado a la política nacional de Justicia Energética.
JUSTICIA ENERGÉTICA: LA INDUSTRIA COMO SOCIO REGIONAL
El concepto de justicia energética (arts. 33–46) busca que el desarrollo eléctrico reduzca desigualdades territoriales y genere beneficios sociales tangibles. En el ámbito industrial, esto se traduce en una expectativa clara: las empresas deben contribuir a una distribución más equitativa del acceso y del valor energético.
- Desarrollar proyectos de autoconsumo cuyos excedentes beneficien comunidades o infraestructura pública aledaña.
- Participar en programas de electrificación o eficiencia municipal mediante convenios con gobiernos locales.
- Capacitar mano de obra local en gestión energética, fortaleciendo capacidades técnicas regionales.
- Promover movilidad eléctrica interna (montacargas, flotas logísticas) para reducir emisiones en zonas urbanas industriales.
Este enfoque refuerza la idea de que el consumo industrial eficiente también puede ser socialmente justo y territorialmente inclusivo.
SINERGIAS ENTRE EFICIENCIA Y JUSTICIA ENERGÉTICA
OPORTUNIDADES PARA EL SECTOR INDUSTRIAL
- Integrar eficiencia en planes estratégicos para parques industriales: auditorías energéticas integrales (CONUEE) y sistemas de medición inteligente.
- Adoptar modelos de autoconsumo interconectado con BESS: reducción de picos de carga y respaldo ante fallas.
- Participar en programas del Fondo de Servicio Universal Energético: incentivos para proyectos con beneficio local.
- Certificar desempeño ESG: alinear indicadores de eficiencia y justicia energética con reportes de sostenibilidad.
NUEVO ESTÁNDAR INDUSTRIAL
Integrar la eficiencia energética y la justicia energética ya no es una opción, sino un nuevo estándar de competitividad industrial en México.
Las empresas que optimicen su consumo eléctrico, reduzcan sus gastos operativos y generen valor social fortalecerán su posición frente a clientes, autoridades e inversionistas.
La eficiencia energética no solo mejora la rentabilidad —también impulsa la legitimidad, abre acceso a financiamiento verde y convierte a la industria en agente activo de desarrollo sostenible.
“En un mercado cada vez más exigente, producir con menos energía y generar más desarrollo sostenible es la nueva forma de crecer.”
En ESCO acompañamos a las empresas a diseñar, implementar y llevar a cabo soluciones estratégicas alineadas con los principios de justicia energética.
Contáctanos y sé parte de la nueva generación de industrias eficientes, sostenibles y competitivas.
